domingo, 25 de marzo de 2012

LA CALLE DE LOS DIOSES


NO SE SABE POR QUÉ algunos visitantes de Atenas viajan a la ciudad con un prejuicio extraño. Esperan encontrarse una ciudad caótica, de tráfico infernal, y como una olla a presión. Tal vez porque han visto el ambiente de los partidos del Olympiakos y el Panathinaikos y lo asimilan a la capital de Grecia. No obstante, Atenas es caótica e infernal en algunos de sus barrios. Ahora más.

No será la primera vez que el viajero, que recorre básicamente el centro histórico y arqueológico, se sorprende al llegar a una ciudad tranquila, abarcable y que da la impresión de que todo está a mano (aunque no sea realmente así). Esa sensación se tiene incluso en la Plaza Syntagma, el centro político de la ciudad, con el más que visto Parlamento (todos los dias sale en televisión) y su cambio de guardia. También es hermoso y calmante contemplar la ciudad desde el Partenón y ver sus colinas (muchas): Licabeto (la de mejor panorámica), Filopapos, Tourkovonia… Y la que no vemos desde allí: la Acrópolis.


Ya lo sabemos, Atenas es un paseo por la Antigüedad. Una de las calles peatonales más largas de Europa nos permite recorrer su arqueología: El Templo de Zeus Olímpico, la Acrópolis, el Ágora… La calle de los dioses, ya que, según se cuenta, el Oráculo de Delfos en el 510 a. C. decretó que la Acrópolis sólo sería habitada por divinidades. Pericles, muy obediente, inició la transformación de la Acrópolis en una zona llena de templos y estatuas, trabajo que fue supervisado por Fidias, famoso ya entonces por la creación de la imponente estatua de Atenea en bronce, que se colocó en el centro del santuario.

A los pies de la Acrópolis, los dos barrios más antiguos de Atenas: Plaka y Monastiraki. El primero es el más turístico: sus calles estrechas e intrincadas fueron el centro de la vida pública en la antigua Atenas, pero la estrechez y el aspecto laberíntico le viene al barrio de la ocupación otomana. Hoy los turistas se pierden en sus tiendas, cafés y restaurantes donde aún tiene olor la verdura y la fruta.


Territorio de la Biblioteca de Adriano
Al oeste de Plaka está Monastiraki, también estrecho y asimétrico, con edificios de influencia turca y bizantina. En su plaza principal se encuentran la Biblioteca de Adriano y la basílica bizantina de Pantánasi. Todos los domingos en Monastiraki hay mercado, el Pazari, que se abarrota de gente dispuesta a comprar y vender cualquier cosa. El regateo es obligatorio, supuestamente por el influjo otomano. O será otro prejuicio.

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